En Arholma, el paisaje varía entre densos bosques y calas de piedra que descienden abruptamente hacia el mar. Los campos y pastizales se encuentran en el interior del paisaje insular.
Arholma ya era un lugar idílico en el pasado, hasta que la isla se vio envuelta en la guerra entre Suecia y Rusia hacia 1810. Debido a la gran destrucción, los isleños huyeron y Arholma no se reconstruyó hasta unos 80 años después. En los años siguientes, la isla se convirtió gradualmente en un imán turístico. Además, a partir de la década de 1960 se desarrollaron la agricultura y la silvicultura productivas.
Arholma tiene un puerto de vela en Österhamn. Ahlmansviken está al norte de Norra Bryggan y también tiene algunos amarres, con un camping a unos 400 metros. Se puede pernoctar en los dos albergues juveniles, entre otros. El Bryggcafée de Norra Bryggan y el Dansbanans Krog & Kafé son buenos lugares para comer, con fantásticas vistas al mar Báltico.
Entre los lugares de interés se encuentra el Arholma Båk. Construido en 1768 como marcador para el tráfico marítimo, ha servido entretanto como estación telegráfica y también como centro de operaciones militares. En la actualidad, el faro se utiliza como mirador, galería de artesanía y restaurante. En la actualidad, la iglesia de Arholma es un popular escenario para novios románticos.
Simesgården y Bull-Augusts Gård son dos granjas que merece la pena visitar. En el extremo norte de Arholma hay defensas modernas. Todos los días se organizan visitas guiadas.
