La Basílica de San Pedro y la Plaza de San Pedro se encuentran entre los lugares más impresionantes de Roma.
La basílica más grande del mundo
Se dice que, por orden del emperador Nerón, el apóstol Pablo fue crucificado y enterrado en lo que hoy es el Vaticano. En el siglo IV, el emperador Constantino mandó construir una basílica, llamada de San Pedro el Viejo, sobre la tumba de Pedro.
A principios del siglo XVI, se decidió construir uno nuevo debido a su deterioro. Numerosos artistas participaron en la construcción, que duró 120 años, entre ellos Rafael y Miguel Ángel. El proyecto se financió con los llamados peniques de San Pedro y el comercio de indulgencias. Esta fue la época del cisma en la iglesia, porque la indulgencia por San Pedro fue una razón para la Reforma. La Basílica de San Pedro combina tres épocas estilísticas, el Renacimiento, el Manierismo y el Barroco. Durante el periodo de construcción, muchos arquitectos probaron suerte en el proyecto y nunca hubo un plan de construcción. Sin embargo, en relación con la Plaza de San Pedro diseñada por Bernini, el edificio sigue teniendo un aspecto perfecto y uniforme en la actualidad.
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Vista de la Plaza de San Pedro desde la Basílica de San Pedro[/caption]
Bajo la basílica se encuentran las grutas del Vaticano. Aquí se encuentra la tumba de San Pedro. También se encuentran aquí las tumbas de los papas Pablo VI y Juan Pablo II.
Los miércoles, a las 10.00 horas, los visitantes pueden asistir a la audiencia general con el Papa, durante la cual no se puede visitar la catedral. Para el público, hay que reservar con 14 días de antelación en el Centro de Peregrinos.
La entrada a la Basílica de San Pedro, abierta entre las 7 y las 19 horas, y hasta las 18 horas en invierno, es gratuita. Si quiere disfrutar de la espectacular vista desde el tejado de la catedral, puede tomar un ascensor hasta el tejado por 7 euros entre las 8.00 y las 17.00 (a partir de 09/2011).
Consejo de los editores
La Basílica de San Pedro es probablemente la iglesia más grande y magnífica de la cristiandad. Además de visitar la iglesia y la plaza, los visitantes no deben perderse la subida a la cúpula de la Basílica de San Pedro. La vista sobre el Vaticano y toda Roma es impresionante. Como en muchas otras iglesias, los visitantes de San Pedro están sujetos a un código de vestimenta, con los hombros y las rodillas cubiertos. Tampoco se suelen aceptar las sandalias.
