Beguinage

Residencia de una comunidad cristiana medieval
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El beguinaje, que oficialmente lleva el nombre de "Princely Beguinage Ten Wijngaarde", se fundó en el siglo XIII. Hasta 1930 no murió la última beguina de Brujas, que se había dedicado a la pobreza apostólica según las reglas de su orden. Desde 1937, la pintoresca finca de Minnewater está habitada y gestionada por monjas benedictinas. A pesar de ser un convento, el museo del beguinaje y el jardín tradicional del convento pueden visitarse a diario. La visita al beguinaje es gratuita.

Idilio ajardinado a lo largo de las estaciones

El añadido belga al nombre "zum Weingarten" (Ten Wijngaarde) sugiere que el patio, como muchos de los edificios que se encuentran al pasear por Brujas, podría estar cubierto de viñas silvestres. Especialmente en otoño, la típica coloración rojo vino contribuye al pintoresco rostro de Brujas. De hecho, el jardín del Beguinage se caracteriza más por la visión de más de 60 álamos frente a casas de ladrillo encaladas. En primavera, los narcisos proporcionan una alfombra amarilla de color en el pintoresco patio.

La historia del beguinaje

En la época en que se fundó el patio, las beguinas y los mendigos formaban parte de un movimiento religioso que se apartaba de los valores seculares de la Iglesia cristiana. A diferencia del resto de Europa, las beguinas de Flandes no fueron perseguidas ni penalizadas por la Iglesia y pudieron construir una vida independiente en beguinajes de varias ciudades. En la sociedad medieval, los beguinajes se convirtieron en lugares de refugio para mujeres solteras y viudas que encontraban en la comunidad religiosa un (nuevo) propósito en la vida. Los beguinajes eran menos estrictos en su interpretación de las leyes clericales que los monasterios. Por ejemplo, las beguinas renunciaban a sus votos y podían abandonar la corte en cualquier momento y reanudar una vida secular.

Importancia turística del beguinaje

El Begijnhof es el lugar ideal para hacer una breve pausa durante una visita a Brujas. Rodeado de idílicas casas verdes, podrá relajarse y desconectar. Una visita al Museo de las beguinas, en la "Begijnhuisje", ofrece interesantes perspectivas sobre el fascinante modo de vida de las beguinas, que hoy en día son consideradas modelos de un modo de vida autodeterminado. El feminismo también cita a menudo a las beguinas como las primeras representantes de un movimiento progresista de mujeres. En el museo podrá comprobar usted mismo si esto es realista.