El tráfico marítimo pasaba por el canal de Dalarö ya en la Edad Media. Ya entonces, tanto el practicaje como el despacho de aduanas eran factores económicos especialmente importantes.
Hasta hoy, la isla se caracteriza por las estrechas carreteras que suben a las colinas desde el mar. También son característicos el puerto de Dalarös, con su animadísimo tráfico de barcos, y las residencias de verano de diseño clásico.
La Aduana de Dalarös se construyó en 1788 por orden del rey Gustavo III. Hoy, el edificio es un moderno centro cultural con un museo, un centro de información turística, una boutique de moda, un restaurante y una cafetería.
La iglesia de Dalarö data del siglo XVI. Se puede visitar individualmente; la llave de la iglesia está disponible en la oficina de información turística.
Otro lugar de interés es el reducto militar de Dalarö Skans, que sirvió como fortaleza defensiva hasta el siglo XVIII debido a su posición expuesta frente a Estocolmo. Hoy es un restaurante y centro de conferencias.
Dalarö está estrechamente vinculada a la navegación marítima y a su vertiente militar. Así, la aduana y la casa de pilotos y el astillero, al igual que las demás instalaciones defensivas, ya existían en la Edad Media. Esta es una de las razones por las que Dalarö ha sido testigo de muchos acontecimientos dramáticos. Muchos barcos se hundieron en el canal especialmente rocoso, por lo que el lecho marino está lleno de restos de naufragios bien conservados en el lugar. Tras la destrucción de la isla por la flota rusa en 1719, a la que sólo sobrevivió el edificio de la iglesia, Dalarö se convirtió en un popular centro vacacional y de salud.
Dalarö se caracteriza por sus verdes colinas. Hay amplias vistas sobre el archipiélago, especialmente desde las colinas de Amerikaberget y Lotsberget.
August Strindberg es uno de los muchos artistas destacados que veraneaban en Dalarö. Llamó a la isla de Dalarö "Puerta del Paraíso".
