Génova, la capital de Liguria, ya era un centro comercial indispensable en la antigua Roma. El cinturón industrial de la ciudad no debe desanimar a los turistas. En el interior, le espera uno de los mayores cascos antiguos conectados de Europa.
Debido al terreno montañoso, aquí hay mucha gente y mucha vida. Sin embargo, los nervios fuertes dan sus frutos: Los que se rinden al bullicio italiano pueden maravillarse con el palacio de la "Banca di San Giorgio", decorado con magníficos frescos, o utilizar la "Piazza di Ferrari" para relajarse. También hay que ver la enorme puerta medieval de la ciudad, Porta Soprana.