La isla y su pequeño archipiélago estuvieron habitados hace siglos. Formaba parte del canal de navegación que unía la costa sueca con Reval, en Estonia. En la Edad Media, las construcciones rurales fueron destruidas por incendios, y su reconstrucción constituyó la base de los pueblos actuales.
Namdö es fácilmente accesible en transporte público. En la isla principal y los islotes circundantes se puede disfrutar de la naturaleza sin molestias: el mar azul oscuro, las rocas grises, el cielo azul claro y los frondosos árboles verdes se presentan en colores que parecen especialmente claros. Las rocas de alrededor son a veces completamente lisas y otras agrietadas y surcadas. Pero su forma exterior siempre está redondeada por el agua, el viento y el hielo. Las islas especialmente bellas del archipiélago central de Estocolmo, como Bullerö, Gillinge, Bisköpsö, Jungfruskär y Långviksskär, se extienden hacia mar abierto.
En Namdö, las playas están al oeste y al norte. En la extensa zona boscosa pueden verse ciervos rojos, alces y tejones. Las águilas de cola blanca surcan a menudo el cielo; proceden de la cercana reserva ornitológica.
Como en el resto de las islas, los habitantes de Namdö son especialmente amables con sus huéspedes. En Namdö hay varias tiendas y una cafetería sencilla y agradable con delicias locales y una amplia vista sobre el agua. Hay puertos naturales en Solvik, Östanvik y Långvik. Además de la vela, hay varias actividades deportivas como senderismo, footing, paseos en barco, natación y pesca.