Si uno mira a Terceira desde el aire, puede notar que los asentamientos y las aldeas se encuentran exclusivamente a lo largo de la costa. El interior de la isla, de casi 30 kilómetros de longitud, está reservado a los pastos y a la agricultura, así como al antiguo respiradero de un volcán, de 100 metros de profundidad y accesible. También se pueden encontrar allí fuentes termales, agujeros de azufre y túneles de lava. También merece la pena ver la ciudad de Angra do Heroísmo, cuyo centro histórico es Patrimonio de la Humanidad y cuyos numerosos monumentos en torno a la catedral invitan a ser visitados. Fuera de la ciudad, muchas bahías pintorescas con hermosas oportunidades de baño esperan a los visitantes.
