La biblioteca más famosa de Irlanda se encuentra en el campus del Trinity College: la Old Library. Hasta 500.000 visitantes al año esperan pacientemente la entrada para maravillarse con una de las obras de arte más importantes de la humanidad: el Libro de Kells, un manuscrito ricamente decorado de los cuatro Evangelios del siglo VIII.
Personajes famosos como Jonathan Swift, Oscar Wilde y Samuel Beckett estudiaron en esta universidad, situada en el centro de Dublín. El Trinity College fue fundado por Isabel I en 1592 siguiendo el modelo de Cambridge y Oxford.
Universidad fundada durante la guerra de religión
Como muchas cosas en Irlanda, la historia de la universidad también está marcada por los conflictos entre católicos y protestantes. En el momento de su fundación, Isabel I gobernaba en Irlanda. Quería proporcionar a sus súbditos protestantes una educación compatible con su confesión. Después de todo, Irlanda era mayoritariamente católica. Así, no se admitió a ningún católico en la universidad hasta 1793, e incluso después apenas hubo estudiantes católicos, ya que no se permitía a los católicos estudiar en el Trinity College, ni siquiera por el lado católico: La asistencia estaba prohibida y vetada por la Iglesia Católica.
Más que una universidad
En la actualidad, la universidad está abierta a estudiantes de todas las religiones. Sin embargo, los espacios verdes también ofrecen a los no estudiantes un oasis de paz en el agitado centro de la ciudad.
La soledad, sin embargo, no se encuentra aquí. Al menos no si te alojas cerca de la Antigua Biblioteca. El edificio -uno de los más antiguos del campus- es uno de los imanes turísticos de Dublín. En la Sala Larga, de 64 metros de largo, le esperan 5.000 manuscritos y 200.000 libros encuadernados en piel de cerdo. En total, la biblioteca alberga más de tres millones de volúmenes.
Evangelios decorados a mano
El manuscrito más famoso y el tesoro de la biblioteca es el Libro de Kells. Se trata de un manuscrito ricamente decorado de los cuatro Evangelios. Se fabricó en el siglo VIII. Su nombre se debe a la ciudad de Kells, en el este de Irlanda, donde el manuscrito fue realizado por los monjes de una abadía. Cuando los vikingos empezaron a asaltar los monasterios irlandeses, el libro fue llevado a Dublín para su protección, donde hoy puede admirarse.
